HISTORIA DEL RELOJ DEL CHAFLAN DEL BANCO DE ESPAÑA

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Texto de Rafael Sanz Benavente

Tomado de grupo FB – Historia de Madrid
Reloj del Chaflán Banco de España – Fotografía Paloma Muñoz Año 2017

El primer relato del reloj del chaflán del Banco de España se conserva en el legajo 803 de su Archivo Histórico. Allí se cuenta cómo, el 17 de agosto de 1889, la Comisión de Obras del Banco acordó colocar un gran reloj sobre el chaflán del nuevo edificio que se estaba construyendo en Cibeles, una pieza que debería tener “cuerda para ocho días, con rodaje de bronce montado sobre ejes de acero, con péndulo de hierro y madera”. Esta máquina ayudaría a cumplir el artículo 89 del reglamento del Banco que, desde 1876, indicaba que “la hora de la reunión (de la Junta General de Accionistas) estará señalada…y al darla el reloj público más inmediato al Banco, el Gobernador abrirá la sesión”.

Hay que recordar que, hasta pocos años antes, cuando se inauguró por Isabel II el reloj de Gobernación de la Casa de Correos en la Puerta del Sol (1866), era famoso el disgusto de los madrileños con el mal funcionamiento de los relojes que históricamente habían creado el caos con sus campanadas a destiempo en la ciudad de Madrid. Es conocido el chascarrillo sobre el que fue hasta entonces reloj principal de Madrid, primero situado en la Iglesia del Buen Suceso y luego en el Ministerio de Gobernación, ambos en la Puerta del Sol: dado que cada una de sus tres esferas ofrecía una hora diferente, se decía que era capaz de contentar a todos a la vez: si no te gustaba una hora podías elegir otra. También surgió una cancioncilla al respecto:

Este reló fatal
que hay en la Puerta del Sol,
dijo un turco a un español,
¿por qué anda siempre tan mal?
El español, con desparpajo,
contestó cual perro viejo:
este reló es el espejo
del Gobierno que hay debajo.

Fotografía Tomada del Diario Expansión

Con la creación de un gran reloj en su chaflán principal, el Banco se aseguró por tanto de que su actividad se rigiera por la hora correcta, dado que, además, este reloj debía hacer funcionar a los demás relojes del edificio mediante un mecanismo eléctrico disparado por su péndulo. Tras un azaroso viaje, que incluyó un accidente del barco que lo traía desde Londres, donde lo había creado la casa Glasgow, el relojero Garín lo puso en funcionamiento el 1 de marzo de 1891, tras entregar un manual de cuatro páginas -que aún se conserva- explicando cómo debía realizarse su conservación, de la que se hizo cargo a razón de 2,50 pesetas diarias.

«El 9 de Enero de 2021, a las 11:35am, a causa de la borrasca Filomena, las agujas del reloj se pararon después de 130 años sin hacerlo, tardó dos días en volver a funcionar tras la descongelación natural» – Fotografía Archivo #ExperienciasVantravelEuropa durante la Tormenta Filomena

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